Un mosaico en las ruinas de Clunia

Por favor, que no me encuentre, que no me encuentre…-Seguí corriendo en busca de una forma de escapar. De repente, todo se quedó a oscuras, solo estaba yo y un mosaico dorado que resplandecía salido de la nada. Me acerqué con cautela al mosaico, se trataba de un pentágono  en cuyo interior había un cuadrado, y este a su vez, tenía dos círculos alargados entrelazados entre sí, de forma que no se pudieran separar. Sé que fui tonta, al pisarlo y entrar al interior del mosaico. Todo siguió igual, bueno o eso me parecía a mí. Los círculos alargados brillaron con más intensidad y después todo volvió a ser igual, salvo que ahora era de día, y que las ruinas estaban en perfecto estado, ya no eran ruinas ni antiquísimos edificios derruidos. Divisé a una niña pequeña de cinco o seis años. Pequeña con el pelo de color carbón. Vino corriendo hacia donde me encontraba yo, detrás de ella, apareció un hombre, de cierta edad pero no avanzada que le tiraba piedras. Quise salir de aquella invisible prisión que me dejaba ver cómo  aquel hombre apredreaba a aquella niña. La prisión empezaba a ceder, el tacto era de cristal, seguí golpeándola aunque no obtuve resultados. La niña estaba parada delante de mi prisión, parecía estar reflexionando sobre si entrar o no. Entró. Los círculos dejaron de brillar, y la prisión había desaparecido. Salí de allí y me puse delante de la niña para protegerla. Miré de reojo hacia atrás para ver si estaba bien. Retrocedí para poder cubrirla mejor, pero no pude entrar al mosaico ¿Qué sucedía? La niña parecía saberlo. Y me dedicó una sonrisa maliciosa ¿Qué significaba eso? Cuando quise darme cuenta tenía al hombre delante de mí. Me empezó a golpear y a lanzar más piedras de mayor tamaño. Me golpeó bien fuerte, sentí que me iba a estallar la cabeza del dolo. ¿Quén era esa niña? Cuando quise darme cuenta ya era demasiado tarde.

-Mamá, ¿ese mosaico qué significa?- La niña de pelo negro dirigió su oscura y maliciosa mirada al mosaico, en el cual había un pentágono, un cuadrado y dos círculos entrelazados entre sí. Pero había una diferencia: esta vez había manchas de sangre en él.

-Es un antiguo mosaico de Clunia, representa que la vida es una prisión, donde todo está conectado entre sí, y también que la sociedad de Clunia era brutal. Pero bueno, vámonos que la exposición va a cerrar.

Teresa