Para ti

Querida mamá:

¿Qué te puedo decir que no te haya dicho? Creo que te he dicho todo lo bonito que se puede decir a una madre. Pero ya va siendo hora de que te demuestre que las palabras no se quedan en lo buena madre que eres, o lo responsable que eres, o lo mucho que te quiero. No. Estos últimos años, he dado un gran paso: el de madurar, o estoy en proceso 😉 .Siempre detrás de mí, siempre diciendo e insistiendo en que estudie, y estresándome la semana anterior a la semana anterior a la de exámenes. Y tu típica protesta de «Te estreso, porque si no, tú no te estresas…» Ante mi queja sobre que si me das la murga literalmente con el tema de los estudios. Pero no es esto lo único en lo que me insistes o me «acosas». ..también estás actualizada en mi vida social: con quién salgo, adónde voy, a qué hora quedo, a qué hora vuelvo, qué hago… Tampoco es que sepas todo todo, porque algo de privacidad digo yo que tengo. Y tus charlas sobre los chicos…¿Oh sí! Esas hermosas charlas sobre que tenga cuidado con quién voy o dejo de ir, o qué tipo de gente me conviene o no, y tus llamadas o mensajes vía «whatssapp» de dónde estoy y con quién y lo mejor de todo, tus «escribiendo…» «escribiendo…» y después de media hora «Ok». No es una crítica, sino todo lo contrario. Esto solo es una muestra de  todo  lo que realmente nos une y tenemos en común ,por así decirlo.

Y seguramente te estarás preguntando ¿Adónde quieres llegar con esta carta? Pues al propósito de agradecerte todo lo que haces por mí, valorarte el hecho de que el poco tiempo libre que tienes ,por ejemplo, lo empleas en repasar conmigo literatura, sociales o alguna asignatura. O esos momentos en que necesito mimos y tú me abrazas o esas pelis que alguna vez vemos juntas y cómo no,  cuando vamos de compras y charlamos y nos sentamos en el «LOOPS» y tomamos algo. Son momentos que no cambiaría por nada del mundo. Porque esos son los únicos momentos en los que puedo disfrutar de ti sin barreras, tanto para lo bueno como para lo malo. Porque sé que ,aunque a veces no tengamos la misma opinión  y seamos ,como tú dices, gaseosas que cuando explotan, explotan …luego nos pedimos perdón a los cinco minutos. Y sobre todo darte las gracias por no mandarme a tomar frescas por las mañanas cuando me vienes a despertar y suelto alguna que otra palabra malsonante o me levanto con el pie izquierdo. Porque realmente ser madre no debe de ser fácil y debe de requerir una gran paciencia y responsabilidad , la cual no te puedes quitar así por así.

No sé qué más decirte, la verdad, para qué te voy a mentir cuando ya me conoces incluso mejor que yo misma. Tenemos miles de anécdotas, pero que ya me encargaré personalmente de recordarte.  Gracias ,mamá . Te quiero.

Besos y recuerdos de tu hija T.